abril 04, 2006

Preparen, apunten, fuego, ratatatatat ratatatatat, alto. Sargento, hazme un conteo rápido.

El domingo anterior me topé con el aburridísimo programa Pulso Nacional en el canal 5, donde apareció el Almirante Giampietri. Para los desinformados, es el que va en la plancha de García como candidato a la vicepresidencia y uno de los acusados de la matanza del Frontón. Sí, Frontón, ¿les suena? ¿Frontón? ¿Madre Mía? ¿Militares? ¿Espíritu de cuerpo? Uta creo que ya se olvidaron. A propósito, ¿de dónde nos viene esa malsana costumbre de mantenerles el rango a los militares, aunque ya estén en retiro? ¿Comandante Humala? ¿Almirante Giampietri? Señor Humala, Señor Giampietri, suficiente no más, si hasta la calidad humana está en duda. Así como la gula o la infidelidad, debería haber un pecado que se llame exceso de respeto.

Bueno, a lo que decíamos. Giampi dice que es crítico del informe de la CVR, porque no le han demostrado que los 70 mil muertos existen. Sólo certificándole la cantidad, haría un acto de contricción. ¿Y si le demuestran que fueron 69,999? ¿O que muertos fueron sólo 100 porque los 69,900 restantes son sólo desaparecidos? Me imagino que para Giampi los muertos (los inocentes y los culpables, los civiles y los terrucos) son una cuestión de inventario y no un tema de uso y abuso de poder. Claro, hay que defender la institución. Hay que salvar el pellejo, total si pisamos un cráneo, total pues es un cráneo, lo fundamental es que la bota siempre esté limpia. Me parece que García dijo hace poco que a los únicos que sí fusilaría son a los violadores. ¿Otra mentira? ¿O verdad nada más que nadie se la cree? Alan no mata gente (sólo economías en desarrollo), pero hay que aceptar que sí tiene un equipo para eso.


Por cierto, por dedicarle unos segundos a registrar en video al señor perdí la oportunidad de grabar a Bayly en el otro canal, cuando emitía un divertido comentario sobre García y transmitía un fragmento de una entrevista hecha en 1986 a Dionisio Romero en la que éste declaraba haber financiado la campaña de Alan García. En fin, experiencias que le demuestran a uno que los militares no valen la pena.

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