marzo 30, 2006

¡Vota por Siomi!

¡Vota por Siomi!
Por Aldo Mariátegui, publicado el 30.03.06 en Correo.


Corriendo el riesgo de caer en una sobresimplificación, el genial pensador alemán Max Weber sostenía que ser “rico” era mal visto en países católicos y que en cambio era un elogio en los protestantes. Deducía que ésa era la razón de que los segundos eran por lo general más prósperos que los primeros. Es que la religión católica con cosas como que “es más fácil de que un camello pase por el hueco de una aguja que un rico entre al Paraíso” ha alentado a menudo la creencia de que ser rico es malo o indebido, que seguramente lo eres porque te “almorzaste” a alguien. Se alienta así una cultura de perdedores, no de emprendedores exitosos. Júntese a eso que vinieron los españoles con esa cultura rentista basada en la explotación de la raza autóctona, en lugar de la laboriosidad del pionero anglo, y la influencia del rojerío para que “rico” sea virtualmente una mala palabra en el imaginario popular peruano.

De allí que veamos que el principal argumento político de esta intelectualmente misérrima campaña se ha convertido en acusar a los candidatos de estar cercanos a los ricos. Lo más curioso es que eso lo esgrime Alan García, que debe ser el más rico de los candidatos de lejos. Porque Alan es un genio para hacer plata de la nada y le deberían dar el Premio Nobel de Economía o contratarlo para reflotar General Motors. Así, sendas casas en Naplo y Chacarilla pasaron a integrar su patrimonio de golpe en los 80. Y vivió años en Bogotá y el carísimo París sin visos de haber trabajado en nada y manteniendo a una numerosa familia. Es más, se compró incluso un departamento en esta última y carísima ciudad, dizque con la plata que le daba una empresa de courier que montó. ¡Tipo hábil! Regresó a Lima y, siempre creyente en los negocios de bienes raíces, al poco tiempo adquirió una casa de playa en Pulpos. Y como es un hombre suertudo, una generosa universidad creó una muy cómoda chamba para él, muy bien pagada y que le deja harto tiempo para politiquear. Pero el buen Alan a veces dice verdades entre tanta demagogia que suelta. Y ha dicho una muy grande, del tamaño de una catedral: si votas por Ollanta, estás virtualmente eligiendo al ubicuo Salomón Siomi Lerner, un magnate que ha estado con cuanto gobierno nos ha regido, como Presidente.

Veo a las ilusas masas humalistas vivando a su líder y no puedo evitar sonreír al pensar cómo se los van a almorzar en esa olla. ¡Con paila!

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