febrero 02, 2006

¿Carnaval toda la vida? ¡Tu vieja!

No voy a entrar en detalles sobre cómo se viven los carnavales en Lima, ahora que empieza febrero. Los hombres y mujeres de aquí ya lo sabemos. Sería redundante. Para los extraños a esta ciudad, basta con contarles que se usan baldes y globos para arrojar agua a diestra y siniestra (si a usted aún le interesa un mayor detalle, se puede informar en La Morena o con Jochamowitz).

El asunto es que entre tanto desperdicio de agua y falta de respeto, las que más sufrimos somos las mujeres. En febrero, hombres adolescentes y adultos, principalmente desocupados y con otras cualidades que harían dificil tener a una mujer como yo, se juntan con el único fin de mojar mujeres. A mí tal forma de ataque organizado sólo lo llego a comprender cuando miro como se carcajean esos pobres infelices cada vez que consiguen su objetivo. Para mí, esa forma de celebrar no es otra cosa que la momentánea elevación de su deficitaria autoestima al ejercer algún tipo de poder sobre una mujer. Además, estoy convencida que sirve de consuelo a sus pobres y excitadas mentes el haber tenido un contacto lejano pero húmedo con una mujer.

Este post es para reinvidicar mi integridad y mi sequedad (mi humedad la guardo para quien me da la gana). También para requintar de antemano al hijo de su reverenda putamadre que inevitablemente me echará agua este mes. Este febrero está dificil que una mujer se salve de un globo o de un baldazo.

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1 comentario:

Maria Hierba dijo...

demasiado vándalo de mierda y desocupado anda por estas calles. es lamentable, pero estas son las conductas que nos hacen ver que construir un país donde el respeto al otro sea la base de la sociedad.

demasiada impotencia, a estos infelices solo les queda desahogarse en esos jueguitos que los hagan sentirse poderosos por un rato.

hace años que estoy invicta, pero cada febrero cargo una paranoia terrible. por eso he decidido que si me mojan agarro a pedradas al idiota que lo haga o a la luna de su ventana.