Voy a matar a tu padre y violar a tu mujer. Luego lo arreglamos con una amnistia.
Algunos animales suelen tapar su caca con tierra usando sus patas traseras. Dentro de la fauna peruana, suelen encontrarse algunos ejemplares que por su especial investidura política se les denomina congresistas. Aparentenmente la cena navideña de este último fin de semana fue extremadamente recargada para uno de estos mencionados animalillos. Esto explicaría el por qué viene defecando un recargado perdón a presuntos violadores de derechos humanos, queriendo tapar con la tierra de la amnistía los procesos judiciales que al respecto se vienen realizando. La verdad es que si ya existen procesos judiciales en marcha son éstos los que deben avanzar y culminar con una sentencia, sea absolutoria o condenatoria. La porquería del terrorismo y su comunismo imbécil no tienen perdón. Así tampoco lo tienen aquellos que haciendo uso del poder otorgado por su jerarquía y sus fusiles actuaron al margen de todo límite al poder.
Sería mejor que los candidatos aceptaran que quieren captar los votos de los militares. La sinceridad aunque resulte un puñetazo es lo más saludable, en lugar de hacer uso de una estrategia que insulta a la inteligencia. Si no miren a Litio Hiperinflación García (si lo quieres como presidente, ve haciendo tu cola para comprar kerosene, azúcar y mantequilla) quien se ha levantado en su plancha presidencial a un ex-almirante (también acusado de violación de derechos humanos por cierto). Al menos hay que reconocerle que su estrategia de captar votos es menos deleznable que la del congresista. Este quiere sacarle la vuelta a la realidad mientras que el psicótico candidato ha puesto en su vitrina a un producto de dudosa calidad.
